miércoles, 30 de enero de 2008

DEBATES NA TABERNA DO CROIO 1; CORRUPCIÓN URBANÍSTICA

LAS FORTUNAS GENERADAS EN LA CORRUPCIÓN POLÍTICA

URBANISMO ESPECULATIVO Y SALVAJE


Las fortunas de argamasa cubeta y ladrillo, algunas más aparentes que ciertas, generadas al amparo de la corrupción política de estos últimos años, y muchas de ellas sin consolidar, debido a que han sido conseguidas al albur de un oportunismo sin escrúpulos, propio de gentes de toda laya, y emergidas sobre todo, de entre el patanismo más aldeano, salvaje y primario, que convirtió a esos nuevos representantes del ladrillo, de la pala y del cemento, en constructores y promotores accidentales, muchas veces dentro del empresariado pirata más detestable, quienes adulando a un poder político compinchado, miserable y arribista, y sin una ideología social convencida, sobre todo a aquel poder más cercano, el local, consiguiendo entre todos ellos, estafar de una manera desvergonzada y sin precedentes a la sociedad mayoritaria de este desgraciado país. En connivencia con entidades bancarias y otras financieras de cuidado, creadas al cobijo de ese negro paraguas de la corrupción, sembraron este país de gravosas hipotecas, fraudulentas, escandalosas e innecesarias, sumiendo a la ciudadanía en su mayoría, en una pobreza profunda, aunque disimulada, que por desgracia y obra de la alentadora, e interesadamente sobornada política más degenerada de los últimos tiempos, esa pobreza ha de durar años.

Es bien cierto que todos esos gañanes, semianalfabetos en su mayoría, han fundamentado sus recientes fortunas en unas bases muy precarias. Si bien es cierto también, que esos alcaldes, muchos de ellos asimismo patanes irredentos, concejales, presidentes autonómicos y concelleiros, así como otros muchos cargos más, de instituciones públicas que hayan interesadamente permitido todo este lamentable estado de cosas, si bien sus fortunas, antes del codiciado acceso al poder, fueran inexistentes, han de tener graves problemas legales para consolidarlas y legalizarlas, ya que han sido fraguadas en la corrupción más disoluta, alentando la especulación más disparada, al acogerse a leyes del suelo, montaraces, permisivas y ambiguas, al margen de la razón y del sentido común, y que se cimentaban en aquella premisa descabellada de que “todo terreno era urbanizable”. Esto, en manos de alcaldes sin escrúpulos, sin un mínimo de sensibilidad ética o estética, y sin formación académica alguna, aunque también los otros, los de carrera, no hicieron ascos, sino que promovieron, desde un poder casi omnímodo y absurdo, el de los ayuntamientos, todo este mercantilismo y desenfreno urbanístico, causando un daño irreparable en todos los rincones y espacios de este país, tanto del litoral como de las tierras del interior. Con la finalidad única y detestable de llenarse los bolsillos.

Todos aquellos magistrados, jueces y juezas, niños y niñas, que muchos de ellos fueron un día de caldo a la merienda, y alumbrados a moco de candil, picapleitos de platillo y faltriquera, y otros funcionarios de los diferentes juzgados y audiencias, que como todos sabemos, han sido necesarios para dar curso a toda esa corrupción, sobre todo en el campo urbanístico, y que hoy cuentan en su patrimonio con pisos, chalets, apartamentos, y autos de alta gama, imposibles de conseguir con su sueldo, y que se codean en cenáculos, que aunque caros, no dejan de ser horteras y chabacanos, presumiendo de ese tren de vida, para ellos nuevo y nunca soñado, deben ser descubiertos y sancionados como se merecen. Para ello habrá que romper ese corporativismo, socialmente ofensivo que los encubre. Policías asimismo entregados, según fueran sus posibilidades y cargos, también al concierto desafinado de esa corrupción galopante, a partir de ahora, deben reflexionar acerca de su comportamiento, aunque quizás sea mucho pedirles. Qué sus trapicheos autorizando lo imposible, y cobrando mordidas, utilizadas en hacerse el chalet, meterse a constructores promotores, y adquirir autos que se escapan a la capacidad de sus salarios, sean por ello descubiertos y castigados, si verdaderamente los nuevos gobiernos con pretensiones de limpieza y moderada socialización urbanística, llevan a cabo el cometido para el que les hemos colocado allí.

Las leyes de punto final, aunque sean encubiertas, lo mismo que lo fue nuestra tan cacareada transición política, nunca serán aceptadas por los demócratas verdaderos, quienes exigimos que todas estas gentes que de tal manera nos han estafado durante años, y que todos conocemos, dentro al menos, de la localidad de cada uno, y que además, desde la seguridad de sus cargos públicos unos, y desde el más conchabado, espúrio y sórdido encumbramiento económico otros, y todos ellos, compinches beneficiados en el asalto y mala utilización de la ya tristemente desarrapada casa común, se han estado riendo de las gentes honestas durante años, exigimos legítimamente el trato legal, y también el social, correspondientes a estas gentes, y a la calidad de su obra.

Ya conocemos algunos casos en que estos abejarucos de ladrillo y esparavel, tienen ya graves problemas, tanto con indignados clientes engañados, como con entidades financieras, debido a morosidad, por impagos ocasionados por la imposibilidad de venta de viviendas de todo tipo, motivada por la irregularidad de muchas de sus construcciones. También ha sido causada esa disminución de ventas, al destaparse el fraude de la relación calidad precio, en la mayoría de esas construcciones.

Bien, como al principio decíamos, esas fortunas mal ganadas y peor utilizadas, además, nunca consolidadas, debido sobre todo a una codicia insatisfecha, generada muchas veces, en infancias ya lejanas, desarraigadas y tristes, de precariedad lastimosa, se vendrán abajo de manera paulatina, aunque sin pausa. Lo más difícil de descubrir y castigar, y esa es mi pena, son aquellas fortunas ya previamente existentes, propias de algunos jerarcas eclesiásticos de todo nivel, metidos, con el dinero de “Dios”, que aportan los fieles y el pródigo estado, a tapados y arteros inversores inmobiliarios, y sobre todo, aquellas de los hipócritas “Boni”. La causa de su reforzamiento patrimonial, ha venido dado por aquellos cargos públicos arribistas, que esta casta de los “Boni”, misiles escamoteados, procedentes en costumbres y fortunas, de aquel no lejano amiguismo autocrático, y enquistada en los entresijos democráticos, desde la transición. Sus epígonos, con máscara de progreso, continúan ocupando obstinadamente esos cargos, de una manera o de otra, convirtiendo en mojiganga la mayoría de los plenos municipales, y los actos públicos institucionales. De todas formas, espero y deseo, que todo ello salga a la luz, y que sea repuesta la legalidad después de la hecatombe. La siempre necesaria bajada a los infiernos para toda purificación. Y entonces la tranquilidad social, por fin, pueda ser repuesta y disfrutada, al volver, por ello, a confiar en la clase política, que al día de hoy, resulta grotesca como de moco de pavo, y después de lo comentado, consideramos además, a la mayoría de sus representantes, verdugos y burladores de la sociedad, innecesariamente distantes, horteras y arrogantes, pero sobre todo, y lo que es peor, vergonzosa y públicamente sobornados.



Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 29-08-2007

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