domingo, 11 de enero de 2015

LA DEUDA DE LOS ESTADOS, UNA PARADOJA INSULTANTE

LA DEUDA DE LOS ESTADOS Y OTRAS A estas alturas de todos es bien sabido que la deuda de los estados resulta imposible de satisfacer. De efectuar esos pagos hundiría en la miseria cavernaria y hambrienta a todo el sector social, salvo las excepciones de siempre. Y yo que de economías de tales niveles únicamente conozco lo más básico, me pregunto mediante el sentido común ¿A quién o a quienes debemos tales inconmensurables fortunas? Es evidente que al final de toda investigación en la materia han de ser sin temor a equivocarnos, a los bancos centrales en Europa y a la reserva federal en EE.UU. Por lo tanto, y si esto es así, además de una sana y justa auditoría para sacar a la luz a los responsables de tales pufos y hacerles pagar sus multiformes saqueos, habrá sin dudarlo que realizar una reforma profunda de esa sospechosa deuda, y concluir que sí esas entidades bancarias todopoderosas son nuestros acreedores, entonces al estar esos omnipotentes bancos nutridos con el erario público, oséase, proveídos con los dineros de todos, vía impuestos y otros. Como paradoja nos convertimos nosotros mismos en acreedores y deudores, por lo tanto debe esa deuda ser condonada y comenzar de nuevo. Esto que digo sé también que no ha de ser bien recibido por los poderosos de todo tipo que pasarían a ser ciudadanos comunes. Sería una medida que igualaría a la sociedad, dando comienzo a un tiempo nuevo, pleno al menos en sus principios, y hasta que de nuevo se torciera, de justicia social y democracia verdadera. La cosa no es tan difícil de llevar a cabo, solo hay que tener voluntad. Quienes ya sabemos no la tienen. La llamada casta y que yo llamo óxido social, es decir roña, se estremecería con tan justo proyecto. No queda otra. En mi opinión, o esto, o la miseria más abyecta para la gran mayoría, y las insultantes y mal adquiridas fortunas para los de siempre. El retorno a la Alta Edad Media plagada de pestes infinitas en la que, de alguna manera, ya estamos enredados. La roña lo sabe y lo calla. Crimen de lesa humanidad con ocultamiento. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 11-01-2015

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