domingo, 21 de septiembre de 2008

POLICÍAS CORRUPTOS: DELINCUENTES AL CUIDADO DE LA SOCIEDAD

DEBATES NA TABERNA DO CROIO 11

POLICÍAS CORRUPTOS Y POLÍTICOS DELINCUENTES;
GENTES CURIOSAS QUE ABREVAN EN LAS MISMAS FUENTES

Y ahora, amigos míos, como es nuestra costumbre, trataremos el tema, que después de una acalorada, aunque respetuosa controversia, fue decidido por la mayoría de miembros de ambos géneros que configuran nuestra sencilla, pero activa y democrática agrupación que delibera, como ya saben, en nuestra entrañable “Taberna do Croio”. El tema, poco más o menos, podríamos titularlo: “Policías o ladrones” y “Políticos o lambones”.
Resulta inaudito, que tanto policías, como algunos guardias civiles, al servicio de la seguridad de la sociedad, parezcan más bien comisarios rabiosos de una cruel inquisición. Y que aún pagados, además sus sueldos, con los impuestos ciudadanos, cometan, si no habitualmente, casi, actos nada acordes con la función de su destino, sino más bien conculcándolo, y abiertamente humillando, y a veces ultrajando a personas, que o bien, ningún delito han cometido, o a veces esos agentes, basándose en la frontera interpretativa de algunas leyes, y el torpe discernimiento de algunos de esos agentes, apliquen, por el solo hecho de molestar y escarnecer a sus sorprendidas víctimas, ciertos castigos y multas, que ellos mismos, saben que no son ni éticos ni adecuados, y mucho menos racionales, y aunque legales, nunca legítimos. ¡Verdaderos atropellos! Sobre todo, cuando uno de esos policías, en Sada, lo que realiza, y de manera habitual, es sencillamente un perpetuo acoso personal hacia gentes de bien, (en francés, a ese tipo de agente se le llama despectivamente: “flic”, “guindilla”), determinado, entre él, un presunto extorsionador, (la vergüenza y la deshonra de sus compañeros y superiores, a quienes mancilla con su conducta), y parte al menos, de su detestable familia, de similar proceder. Una mafia instalada en Sada, con prácticas de terrorismo de alto nivel. Otro metido a gendarme, y pariente suyo, parece que está tratando de imitar el detestable comportamiento del flic, al menos en cuanto a unas posibles prácticas de acoso mal disimulado, hacia mi persona, ejercidas desde el coche de la policía municipal.
Con su comportamiento, ¡que se entere bien ese “flic” y su menegildo!, ese bichejo anhidro y de ojos escurridos de mirada extraviada, “hormiguita atómica” de nariz mocosa y pertinaz solitaria, que se están labrando su ruina, como ya se la labró parte de su aborrecida familia, quienes, de miserable alpargata de esparto y de moco hasta los belfos, y con apoyo de alcalde, devinieron los catetos, en pretendidos ricos paletos, de ladrillo cementado, que por mor de la arrogancia, y de la corrupta avaricia, se les vino abajo el tinglado, y hoy por ello, están más secos y chupados, que la sureña mojama. Es decir: ¡arruinados¡ De todas maneras, quisiéramos saber, yo y muchos más, el criterio que se ha seguido, y quien haya decidido, para admitir en ese cuerpo policial a individuos tan canallas como es el aludido. Tanto él, como parte de su parentela, son una peste para Sada.
Pero lo que de verdad resulta más escandaloso, es que ese policía, ya aludido, y que en Sada, todos conocemos, “El Guindilla”, después de, presuntamente, (aunque alguna víctima que yo conozco lo afirma), haber cometido delitos de estupro, extorsión, probablemente con sexo francés, así como posiblemente griego, y otros abusos de diferente índole y condición, sobre mujeres inmigrantes, asustadas e indefensas, sin papeles legales, o quizás dudosos, basándose en la fuerza que para un cobarde, da un uniforme con porra y pistola al cinto, continúe en la posesión de su oficio y cargo, resulta, cuando menos, ¡algo escandaloso! Y aún después del cambio en el gobierno municipal, que continúe, resulta un atropello. A ese tipo de canallas uniformados, si por circunstancias no se les pudiese expulsar, entonces, se les degrada a letrinas. La mierda es su ámbito más natural. Este sujeto es, por su comportamiento, casi una copia del conocido como ahorcador de París, Isaac de Laffemas, en sus comienzos, teniente de la guardia civil parisina, el criminal más despreciable al servicio del intrigante cardenal Richelieu, primer ministro del rey Luis XIII (1601-1643)
Y lo que resulta más chocante, son ciertos patrimonios millonarios, como el del extorsionador aludido, impropios de un sueldo de policía municipal ¿Dónde está hacienda?, ¿dónde la justicia y la ley? Agravios comparativos e imperdonables, hacia personas de bien. Resulta bien difícil en este país el creer en la justicia, en las leyes, y en su aplicación, cuando aquella, generalmente, castiga a la víctima, y beneficia abiertamente al delincuente que tenga, aunque sea ocasionalmente, algo de poder y dinero. Y si resulta que es, ese delincuente, un metido a político, o colaboradores de esa misma grey, si les pillan, además de no devolver el dinero robado, y después de hacer el montaje legalista, por los juzgados y los medios, y que durará un tiempo estratégico, estarán en la calle bien pronto, gracias a aquellas untadas autoridades judiciales y políticas, disfrutando, todos esos delincuentes, tanto los habilidosos activos, como los de puñeta y toga, del sustancioso producto de corruptas comisiones o sobornos, y aún del saqueo de las arcas públicas, que parecen el inagotable tesoro de Alí Baba.
Si en este país hubiese leyes verdaderas, al menos en esa línea, como existían en la antigua Democracia Ateniense, y más tarde en la antigua República Romana, a ese tipo de políticos prevaricadores, magistrados y policías corruptos, como en aquellas, se les incautaría ese patrimonio tan mal adquirido, y luego serían castigados con el destierro, al que iban, solo con lo puesto, y el mismo castigo para quienes tratasen de ayudar a tales delincuentes. El patrimonio de ambos se utilizaba en beneficios sociales. La Roma Republicana de la antigüedad, no quería cárceles, salían demasiado caras.
Tampoco he comprendido jamás, como algunos oportunistas metidos a políticos, durante el caldo confuso de la transición, convertido alguno en casi perenne alcalde, y que además, aunque provoque risa, lo de político se lo ha creído, y lleve en su ya destartalado y menguado hatillo, y además públicamente, la carga indecente de presunta colaboración en falsificación de moneda, sin que las autoridades competentes hayan determinado, al menos hasta ahora, con claridad, y públicamente, ese posible delito de gravedad máxima, dentro del concierto de los más importantes asuntos de estado de cualquier país, y mayormente en aquellos llamados demócratas.
De todas maneras, si las autoridades de esa competencia no actúan, estoy seguro que Juno Moneta, con el Derecho Romano en su frente, y desde su alta magistratura, tomará con el tiempo, nadie lo dude, cartas en el asunto. Ese politiquillo pendenciero y paleto, de ensoñaciones caribeñas y puro de Vuelta Abajo, y como chascarrillo, quizás con amante en Pinar del Río, ofrenda a Guillaume Poirier y a Louis Allais, dos aventureros, arrestados por acuñación de moneda falsa en el París del siglo XVII. Los tiempos cambian, es bien cierto, pero el ser humano permanece con sus hábitos, su naturaleza y sus costumbres. Aunque también es verdad, que en alguno de los casos a los que me he referido, pueda que exista una herencia delictiva, (genética o educacional, o ambas combinadas) incuestionable, en aquello de meter la mano en la caja, y demostrada al menos, durante tres generaciones consecutivas.
Y después, queridos lectores, de haber tratado tan espinoso tema, iremos ya preparando el del mes siguiente, reuniéndonos en a “Taberna do Croio” la semana próxima. Un abrazo y hasta pronto, el portavoz de la agrupación.

Canción del verano
Estribillo:

¡Viva la marinera Sada,
y viva también Coslada!
¡Loa a Marbella la bella!
Villas de goce y botella.
Noches lindas y de ocio,
de gendarmes saturadas.
¡Qué por un mismo negocio!
De entre pistola, buena porra,
mujeres de vida zorra,
política municipal, y gorra,
todas ellas angustiadas,
y a causa de la zahorra,
tristemente vinculadas.

Y además opino, que el poderío armamentístico de EE.UU, debe ser destruido, ya que como la Antigua Roma, en él basa su trasnochada bobería imperialista.

Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 11-07-2008

e-mail: eduferriva@yahoo.es

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