domingo, 13 de noviembre de 2016

Donald Trump y el retrato de Marcela

Donald Trump retratado
En la última reunión de esta humilde Taberna do Croio, Marcela, una de las componentes de la cofradía y de la misma edad que el ya electo presidente americano, realizó un retrato de Donald Trump que tras reírnos lo nuestro, acordamos que la descripción era acorde con el pillastre millonario: “La grotesca caricatura de un presidente, dijo, con cara de calzoncillo de media pierna y recordando a un hortera chulo de playa de los años sesenta del pasado siglo”. Todos los componentes dijimos amén.
Y ya más seriamente acordamos que la legislatura, si el conjunto de electores la confirma para diciembre, tras la revolución posterior de las masas tomando las calles de las grandes ciudades de EE.UU. no impiden tal nombramiento. De iniciarse la legislatura con un personaje así recusado, la verdad es que en esta taberna no le auguramos al señor Trump seguridad alguna. EE.UU. tiene en su historia reacciones contra un presidente problemático o que sencillamente no gusta, de un calado trágico que aquí no queremos nombrar, “non vaya a ser o demo”. Este señor ha ganado las elecciones más que por méritos propios que en ese ámbito no se le conoce ninguno, por el demérito de la candidata demócrata, quien desde su papel de primera dama, con el asunto Mónica Lewinsky que tanto la trastornó como esposa ridiculizada ante el mundo. Desde entonces, dentro de su contenida aunque profunda rabia, se propuso demostrarle a su marido que ella podía ser presidenta del país. Yo siempre pensé que jamás lo conseguiría. No solo fue así, si no que lo peor es que su recalcitrante proceder coadyuvó al desastre al que ahora se enfrenta el país. Nunca la quisieron debido a su carácter y arrogancia de niña repelente, con inesperados gestos de ordinariez profunda y arrebatada durante la campaña. Su tipo de inteligencia aplicada no basta para conseguir el favor de una ciudadanía precarizada y humillada. No supo estar a la altura de la dignidad y equilibrio que se espera de una dama con tales aspiraciones.
Y totalmente de acuerdo con el retrato trumpero de nuestra compañera Marcela, y lo ampliamos con los calificativos de vulgar y estrafalario.
Eduardo Fernández Rivas.  
Lugar de Fiunchedo-Sada; 12-11-2016



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