jueves, 8 de septiembre de 2016

José Manuel Soria y el amiguismo

El affaire José Manuel Soria
El asunto José Manuel Soria, otro más de los chanchullos nepotistas propios de estos gobiernos de profundo poso franquista.
Con el affaire Soria se ha pasado este gobierno, según pensamos en esta humilde “Taberna do Croio”. Llevan años dando apariencia de convocatorias libres y democráticas para elecciones de este tipo y de otras. Y aunque jamás nos hayan engañado, esta sociedad española, sobre todo aquella más afín a este tipo de gobiernos, unos por ideología, otros por papanatismo consentidor y estupidez, y una mayoría de cronología avanzada debido a miedos infundados pero intoxicadores , ha permitido durante décadas tales barbaridades, impensables en una cultura ciudadana verdaderamente democrática y seria. Nos las cuelan todas sin el menor esfuerzo. Es como la tradición católica, la institución que más daño ha hecho al ser humano, y ahí sigue como si nada. Este tipo de gobiernos que nos desmadejan vilmente no hay que olvidar que viven y actúan en simbiosis profunda con esa cruel institución vaticana que carece de fundamentos verdaderos para ser creíble, y por su comportamiento mínimamente tolerable, este gobierno, a tenor de sus escándalos, y que hasta hoy un sector social numeroso tontorronamente perdona, tiene, sobre todo para aquellas personas formadas e informadas, la misma credibilidad, es decir, ninguna. El sector mayoritario, o muy amplio por miedo, tradición espuria, y arrodillamiento sigue con el trágala.
Lo de Juan Manuel Soria y todo su enramado de explicaciones para lerdos es como el destape evidente de la estructura chanchullera del gobierno de Mariano Rajoy. Explicaciones de sí pero luego no, que únicamente un bobo puede admitir. Rajoy debiera, si tuviese un poco de vergüenza y dignidad, hacerse a un lado y permitir que su partido pudiese regenerarse, aunque a tenor de los escándalos propios lo tendrá muy difícil. El castigo aunque esté en la institución judicial, el mayor y más grande lo tiene la ciudadanía de este confuso y tristemente ambiguo país. Con el asunto Soria debiera esta sociedad española despertar si quiere dignificarse, de un triste  letargo que dura ya muchos lustros.
Eduardo Fernández Rivas

Lugar de Fiunchedo-Sada; 08-09-2016

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