lunes, 29 de febrero de 2016

Rita Barberá y su pingüe oficio de senadora

Como en cualquier empresa, y en la pública que pagamos todos más, aquellos trabajadores y obreras que por lo que fuere, y no pudiendo justificar su falta de asistencia reiterada al trabajo, deben ser puestos a cuestión, y una vez estudiadas las causas, justificado el despido si la falta de asistencia fuese escandalosa. Y descontarles además del sueldo mensual lo apropiado. La señora Barberá, es de sobras conocido, su dejadez en el cumplimiento de sus obligaciones con el senado. Cobra un sustancioso sueldo que sale de las arcas del estado, ¡vamos! que se lo pagamos entre todos. Desde aquí, desde esta humilde “Taberna do Croio”, y todos a una como en Fuenteovejuna, exigimos como parte empresarial, ya que en democracia, el pueblo al ser soberano es el dueño único de la empresa pública de la que el senado forma parte, exigimos decíamos, que esa señora debe de inmediato ser expulsada del negociado senatorial. Y además, pagar la multa adecuada debido a tales faltas y desconsideración con esa institución, y por consiguiente con toda la ciudadanía española. No podemos permitir, y en tiempos de crisis menos, que esas gentes que firmaron la angustiosa e interesada reforma laboral, protegiendo al empresariado del IBEX 35, sus amigos de puerta giratoria, obligando a los demás a una austeridad casi suicida, hagan lo contrario de lo que predicaron como los curas hipócritas que aconsejan castidad, y luego se refocilan solapadamente con el ama de llaves a quien llaman sobrina, y con otras mozas de buen ver. Luego nacen los que se conocían en la antigua Babilonia como hijos de dios, al ser engendrados por sacerdotes de Marduk, o del dios católico, da igual, todos son lo mismo, fábulas. Fuera ya con la señora Barberá del senado por incumplir con sus responsabilidades de senadora, aunque más que senadora semejara una especie alocado exabrupto paquidérmico vestido con chorreras, volantes, abalorios, y peinado con imperioso copete de simulado arriba España. A lo que se ve, en esa institución con tales portentos desacreditada cabe lo peor, y encima les aforan…Desvergüenzas infinitas y agravios de lesa ciudadanía ¡En qué país vivimos! Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo-Sada; 29-02-2016

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