jueves, 17 de diciembre de 2015

El puñetazo de la vergüenza

Puñetazo a Mariano Rajoy Una anécdota propia de adolescentes rebeldes, y crispados por los recortes en becas y trabajo precario y casi inexistente que define entre otros esta legislatura, como es el puñetazo a don Mariano Rajoy quieren estratégicamente convertirlo en algo de sustancia política, tratando el Pp de sacar partido electoral a una torpeza propia de una adolescencia por naturaleza vehemente y guerrera. Cuarenta largos años nos separan, y por lo que se ve y se escucha tras la torpeza del adolescente, la obsoleta casta política aún no se ha dado cuenta del enorme cambio generacional: mejor preparación y haber desarrollado sus vidas durante el periodo democrático. Mariano Rajoy y sus mesnadas, lo mismo que otros que se las dan de rojos tirando a rosa por descolorados, aún muestran un comportamiento que nos lleva a los tiempos del Mío Cid. La tenebrosa Alta Edad Media de mitra, tonsura, y espada cristiana, pretendiendo subirse a su Babieca camuflado en modernidad, sin darse cuenta que otro corcel que les sorprende y no conocen, ya no corre para ellos. Aquel está cojo y desfondado, despreciado por tanto de los nuevos jinetes briosos y con ansias de que se tengan, ya por fin en cuenta los nuevos valores de un sistema político radiante y sin caspa nacional catolicista. Considero que la hostia recibida por Rajoy no es más que la expresión abierta, aunque desafortunada, de lo nuevo, dando portazo al moho enfermizo de lo viejo. Cosa que ya nos hastía desde hace años en este país de apariencias más que de sustancias. Luego dirán que el muchacho está perturbado o cualquier otra bobada con intención de descalificarle. En mi opinión, y como ya dijimos, fue tal acción la expresión diáfana e irritada de lo nuevo, harta de los coletazos franquistas más represores que aún vivimos. Valga como ejemplo la ley mordaza que agobia e imposibilita la respiración social y abierta de los jóvenes, y de todos los demócratas verdaderos, dueños y señores de la vida política de este país en el intento de poner a cada uno en su sitio y demostrar quién manda, si la vieja losa o la nueva y limpia reconstrucción democrática. Y las rupturas suelen ser traumáticas. Aún no pudiendo disculpar el acto sí puedo comprenderlo. Queremos también que los medios entrevisten al joven agresor como acción democrática verdadera y ecuánime. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo-Sada; 17-12-2015

No hay comentarios: