martes, 1 de octubre de 2013

LA PARTICULAR DEMOCRACIA ESPAÑOLA Y LA UE

LA PARTICULAR DEMOCRACIA ESPAÑOLA Y LA UE Una gran mayoría de la ciudadanía española, a estas alturas de nuestra particular democracia, no se siente representada, ni por la clase política del color que sea, ni tan siquiera por la inquietante e irregular justicia que tenemos. Por ello, y desde esta “Taberna do Croio” sugerimos que debiera de haber en todos los ayuntamientos de la nación franquicias u oficinas con todas las funciones políticas, sociales y administrativas, así como en materia de justicia, representando a la Comunidad Europea con toda su jurisdicción. De tal manera que, cuando tras acudir a las instancias nacionales o territoriales y locales, no sintiéndonos, ni atendidos debidamente, o que detectando irregularidades varias en nuestras demandas, podamos gestionarlas dentro de esas oficinas de la UE que actuarán en consecuencia. Articuladas de tal manera y rigor que jamás su función pudiera ser considerada injerencia. El sistema político estatal y sus representantes habrían de ceder soberanía viéndose obligados a reformar positivamente su comportamiento y normas. Los enclenques, y muchas veces interesadamente nulos, equipos de supervisión y control que tanta responsabilidad han tenido en la crisis particular española se verían mejorados sustancialmente. Resulta muy desalentador cuando comprobamos la ineficacia, o un desinterés calculado, al acudir con propuestas o quejas a las oficinas municipales, y aún de mayor rango, y no recibimos la contestación adecuada, o sencillamente, y como acostumbran, nos dan la callada por respuesta. Nuestro país, a la clase política me refiero así como a todo tipo de instituciones, todavía trufado de flecos franquistas bien arraigados, no tiene la cultura democrática suficiente, que sí sin embargo se observa en una ciudadanía indignada habitualmente por ese comportamiento de perfil, a menudo autoritario y aldeano. En este país, los que están detrás de la ventanilla, cargos políticos incluidos, aún no se han dado cuenta que están a nuestro servicio, y que por ello se les paga. Como en años ya lejanos en el tiempo, pero no en el espacio, creen que están ahí para amedrentarnos y chulearnos despóticamente. Esto todavía y por desgracia, es lo habitual, salvando excepciones, en las ventanillas y en los políticos de nuestra querida España. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 25-09-2013

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