miércoles, 12 de enero de 2011

REFLEXIONES SOBRE LAS ÚLTIMAS LEYES EN ESPAÑA


ÚLTIMAS LEYES, ABERRACIONES, Y DRAMAS FAMILIARES
Foto: "Funeral por las fenecidas Libertades"
Óleo sobre lino de Rivas (Colección: "Viudas de Dios" 2009)

Dramas familiares de todo tipo y nivel, desencuentros sociales, merma en muchos negocios creados mediante cita, o al albur de un encuentro casual en un bar, insatisfacciones varias, nerviosismo cronificado, gentes irritadas e irritables. Todo esto y mucho más es el resultado de la mayoría de leyes, o más bien decretos, promulgados por los diferentes gobiernos de todo tipo, durante estos últimos años. Los bares, pubs y similares, han sido desde siempre lugares propios para tomarse unas copas y fumar unos cigarrillos, ahora nos los quieren desnaturalizar con unas leyes hipócritas. Una especie de ley seca enmascarada que nos fustiga y deprime. El acoso diverso al que la ciudadanía se ve sometida con tales hostigamientos resulta en la mayor infelicidad que jamás se haya conocido. Y lo peor es el paternalismo gubernamental, que a modo de una solapada y férrea dictadura, dice a través de la mayoría de unos medios, profundamente cómplices y sometidos, que toda esa persecución es por nuestro bien y por nuestras salud. ¿Habrá mayor ejercicio de hipocresía y cinismo? ¡Darnos con el palo claveteado de multas improcedentes y prohibiciones irracionales, y aún decir que es por nuestro bien! ¡Increíble! Y lo que es peor, aquí, al menos de momento, todos a callar. Pareciese que no hubiera sangre en las gentes de este infeliz país.
Acostumbradas aún dos o tres de las generaciones actuales, a la vida de susto, arrodillamiento y pánico, generado en el régimen franquista, y en muchas familias, transmitido internamente a las novísimas generaciones, y que por lo tanto todavía no se han despojado de ese marchamo del terror, siguen por ello calladas y sometidas. Los intelectuales y demás gentes cultas, actores, artistas plásticos etc., pareciese que hubieran desaparecido, cosa que nada me extrañaría ya que el país se está haciendo invivible, del espectro rebelde que siempre nos caracterizó.
El gobierno actual de Zapatero, con ese tipo de inhumanas reglas que no dejan lugar a las siempre determinantes circunstancias, impuestas al estilo de la más granada inquisición católica, que aunque sin hogueras físicas, sí con hogueras virtuales, destroza, y a sabiendas, la felicidad de las gentes, que como su humana naturaleza obliga, de vez en cuando, necesitan de un escape y desinhibición que las rescate, aunque sea puntualmente, de los problemas y complicaciones habituales. Un par de copas facilitan la comunicación, y con ello nadie va borracho ni es un peligro. Pero dan en el recaudatorio alcoholímetro. Y ahora, con la ley antitabaco; y el que escribe no es fumador, y únicamente bebedor de algunas cañas de cerveza ocasionalmente, la guinda que corona el pastel, promoviendo la delación ciudadana, condecorando por lo tanto a traidores y desleales; la inquisición más desbordada y rescatada. Y lo que es más desesperante es que la inmensa mayoría de esos multiformes castigos son cargados, de la manera más cruel e indigna sobre la ciudadanía de renta más baja, y quien en definitiva levanta a los paises, y de donde esos malos gestores, y peores gobernantes, extraen sus fastuosos sueldos sin la menor sensibilidad hacia quienes sumisamente se los facilitan. ¡Una injusticia! Y si debido a la crisis quieren que les cuadren las cuentas, pues que miren por otros lados menos onerosos para los más débiles económicamente, que los hay. Estamos hartos y decepcionados de una democracia coja con unos políticos aforados cargados de privilegios y exenciones, a la manera de un estado medieval, solapadamente caciquil, oligárquico, y de nuevo y hortera cuño, dentro de una especie revenida de un tipo de patriciado despreciable por presuntuoso y clasista.
Este gobierno que presume de socialista, en algunos de sus representantes está, en sus manifestaciones cargadas de confusiones y eufemismos, semejando un grupo de masones de medio pelo entregados, como tontuelos engreídos y de externas buenas y suaves maneras, y en la creencia de una perfección cuasi divina, a una misión soteriológica sobre una ciudadanía, que aunque no lo crean, está en todo muy por encima de ellos. Su engreimiento les ha de llevar, como individuos y como colectivo, al desengaño más doloroso y a la ruina política más vergonzante. Con la ley antitabaco, mal planteada y peor aplicada, que no es más, como otras, que un pulso a la sociedad para luego mangonearla a su antojo y capricho, y con la que únicamente consiguen que la gente se reúna en las casas y las conviertan en auténticos fumaderos salvajes, con los hijos más jóvenes e infantiles presentes sufriendo esas humaredas. Los adultos ya sabemos cuidarnos sin necesidad que ellos lo hagan por nosotros. Y el argumento de los fumadores pasivos en locales de hostelería es un bulo y un sarcasmo, ya que cuentan esos locales, y por obligación legal, con extractores lo suficientemente potentes como para extraer humos y olores de todo tipo y condición. Si en realidad tuviesen buena intención, entonces lo primero que debiera prohibirse habrían de ser las casas de juego destinadas a niños y adolescentes, ya que en ellas esos jóvenes y niños se inician en todo tipo de vicios y corrupciones de lo más execrable, y que marcarán para siempre las conductas de muchos de esos futuros adultos, de esa manera, a perpetuo estropeados. Por otro lado diremos, que atontan a una mayoría social con la insistente y omnipresente cosa futbolera, como si fuésemos felices asnos en campo de zanahorias; en vez de divulgar la beneficiosa lectura, entre otras, la obra el “Contrato Social” del ginebrino Jean Jacques Rousseau, si de verdad fuesen socialistas, y aún “El Príncipe” de Maquiavelo, para de esa manera conocer nuestros derechos en el primero, y así saber, en el segundo, quienes son aquellos que nos gobiernan y ponerlos en su sitio cuando sea necesario. Considero a estos nuevos “socialistas” vasallos además, de los monarcas, a quienes ríen sus bobas gracietas, cosa jamás vista en socialistas verdaderos; siendo, por otro lado, ridículos papistas, algo insólito y contrario a la ideología socialista. La pena es que una alternativa, fijada en una derecha salvaje y rencorosa, representada por una mayoría del PP, totalmente de Opus Dei, no es lo apetecible para la buena salud política, económica y social de una España verdaderamente democrática y de sus gentes.

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; 10-01-2011

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