sábado, 8 de enero de 2011

LA CRISIS ESPECULADORA


LA CRISIS DISEÑADA E INSERTA EN LAS REDES DE LA ESPECULACIÓN INTERNACIONAL

Foto: "España va biennn!


Se nos habla de los mercados hasta la saciedad sin que nadie nos explique realmente que y quienes son. La artera ocultación de esos datos nos lleva, a poco que reflexionemos, a pensar en la clase política de toda laya, y desde los niveles más locales, como son los ayuntamientos, hasta la política estatal, pasando por las intermedias; autonómicas, provinciales, y aún todos sus derivados. No se me escapa que todos sus representantes, y según su nivel, se han llevado su trozo de tan fastuosa tarta. Si no hubiese complicidad la cosa se descubriría enseguida. Aún así acabará saltando por los aires y esa indigna cofradía del robo público se esclarecerá.
La prima de riesgo de la que se nos viene hablando desde hace algunas fechas, nos sitúa en un nivel próximo al desplome económico que nos llevará al humillante rescate como ya ha sucedido con Grecia, Irlanda, y posiblemente Portugal.
Volviendo a los ya molestos, por insistentes, mercados, que más bien semejan a fantasmas incorpóreos; entidades malignas y misteriosas, intocables y devoradoras de las economías de aquellos paises que hasta hace bien poco presumían de una estabilidad y gloria económicas, mecidas en la llamada enfáticamente situación del bienestar; el ¡España va bien! de Aznar, pero de los que jamás nos han comunicado los cargos, nombres y apellidos de tales responsables, atreviéndome por ello a conjeturar, que tal ocultamiento responde al interés profundo de que esas cosas, por pillería, no han de conocerse. ¿Será entonces, debido quizás, tal maniobra, para encubrir los nombres bien cercanos de los culpables?
Los políticos piden dineros a las instituciones financieras y bancarias internacionales a través de la banca nacional, y ¡en nombre de los estados!, a un tipo de interés convenido por ambas partes. Ahora bien, una vez logrado el préstamo, ya no sabemos lo que esos políticos de todo género, quienes además han solicitados tales créditos a espaldas de la ciudadanía, hacen con todo ese inmenso monto de economía líquida. Disponen de ese fabuloso dinero, encerrado en los depósitos de la cueva de Alí Baba, desde donde es distribuido al albur de sus simpatías e incluso, me atrevo a suponer, de necesidades particulares. En España, al menos que yo sepa, no se han realizado labores de inversión social y otras, que justifiquen esa deuda tan inmensa, manifiesta desde hace más de tres años, y desde años antes interesadamente solapada, nos consume el alma y el así atribulado cerebro, y que está a punto de reventar en nuestras caras con efectos demoledores y jamás recordados. Y lo peor es que han de ser satisfechas esas deudas por los de siempre; los maltratados trabajadores; la mayoría social, mientras nuestros verdugos, con hipócrita cara de circunstancias, se irán de rositas, pero con los bolsillos, y las cuentas bancarias bien forradas, que permitirán darse la vidorra a si mismos y a varias de su venideras generaciones. En el fondo, y desde siempre, es lo que han hecho la inmensa mayoría de los gobernantes desde que el mundo se articula con tal sistema; aquel en que los muchos esclavizados mantenemos sumisamente a unos pocos que son nuestros explotadores y verdugos.
Ciertamente, las instituciones financieras a las que se han pedido esos inmensos dineros, y ya desde hace años, con diferentes partidos en los gobiernos de todos los paises del club europeo y aún otros, no son, ya lo sabemos, hermanitas de la caridad. De ello se desprende que esas instituciones, que sabemos que practican un tipo de usura, solapada a veces en la carátula hipócrita de la generosidad, y que además están trufadas de cargos y ejecutivos codiciosos, no perdonan los plazos firmados, incrementando de manera desmedida los intereses de los impagos o aplazamientos. De ahí sale toda la desgracia que se conoce como crisis. Nadie si gana diez debe gastar veinte, ni siquiera once; la ruina entonces sería pronta, o prologada la agonía con los disparatados aplazamientos, oculta en este caso esa agonía a la sociedad hasta la llegada, para esta, de lo inesperado, aunque sabido, y desde hace tiempo, por las malas gentes que así nos desgobiernan, y como cordero pascual nos sacrifican, disfrutando, aún encima, y para mayor mofa y befa, del divertido festín caníbal de nuestras inocentes y tiernas carnes.
Dicho todo esto, considero y conjeturo que la culpa de tales desgracias tiene los nombres y apellidos de los especuladores que han de ser la clase política de los paises así escarnecidos. De ahí que se camufle la cosa en el eufemismo del estúpido término: “Mercados”.
No debemos consentir además, que nos enfrenten, nos arredren y amedrenten con las últimas leyes, alcoholemia, tabaco etc., o más bien decretos, crueles, injustas, saqueadoras, y antisociales, destinadas además, a confundir y velar la razón de una sustanciosa mayoría social, que ellos, con el mayor desprecio y en privado, llaman masa. Debemos manifestarnos públicamente, y con la contundencia adecuada, para decirles a nuestros gobernantes que nosotros mandamos, que están a nuestro servicio, y que queremos las cuentas claras y públicas, y la revisión de sus fortunas y patrimonio, y con su diferencial, para que así se conozca totalmente lo sucedido, y se castigue a los hasta ahora, impunes culpables.

Eduardo Fernández Rivas
Lugar de Fiunchedo; Sada
08-01-2011



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