jueves, 15 de abril de 2010

CONCELLO DE ADAS

EL PUEBLO DE ADAS Y SU HISTORIA POLÍTICA MÁS RECIENTE

Resulta increíble, y altamente sospechoso, el que en un concello, y durante décadas, hayan sucedido cosas realmente estremecedoras, en cuanto a las leyes unas, y a la moral y la ética otras, sin que los estamentos judiciales, y aún la clase política, y la misma ciudadanía, hayan obrado en consecuencia. Cada una con sus medios y posibilidades.
Urbanismo salvaje contra natura y leyes. Políticas locales revanchistas y rencorosas. Oposiciones amañadas. Algunos policías locales delincuentes, trapicheando con droga e implicados en sucios asuntos de mujeres en locales de alterne, pero que forman la guardia pretoriana del corrupto regidor. Edificios y viviendas, levantados allí donde la ley lo prohibía o exigía rigurosamente una menor edificabilidad. No solo agotada soberbiamente si no disparatada, con el fin único de ofender y castigar a vecinos en desacuerdo con aquellas políticas corruptas, y de enriquecimiento personal de los cargos públicos y sus amigotes. Concejales metidos, al albur de la corrupción, a constructores y promotores, allí donde todos sabíamos que no había un real. Fortunas insólitas. Todo ello, hasta ahora impune. Denuncias de vecinos a los juzgados de Betanzos hace ya algunos años, y sin respuesta alguna. Esto, nos habla de la venalidad de algunos magistrados, desvergonzada y déspota con los ciudadanos más honestos. Y lo que resulta paradójico, hacia aquellos más respetuosos con esa justicia, por resultar esta, injusta e insultante.
Falsificación de moneda; subida de Fontán catastróficamente hundida, iglesia desmoronada y perdida para siempre, debido a aquellas construcciones desproporcionadas, y ubicadas en terrenos inservibles para ello, desmantelamiento de piezas del Pazo de Meirás, sobornos públicos creando miserables tránsfugas, unos de tira línea, y otros de jeringuilla y esparadrapo, ya previamente deshonestos, uno en su actividad de regla y cartabón, y el otro, un mal profesional de batín y fonendo; nepotismos desmesurados y vergonzantes, humillación a las gentes más válidas y de valores incuestionables, insultadas y calumniadas por esos tránsfugas, que no son más que: ¡increíble! traidores premiados. Un mundo al revés. Gacetillas y emisoras de radio que todos pagamos, sin catadura moral ni ética alguna, que únicamente obedecen a la “voz de su amo”, en la espera desesperada del regreso de este a la cutre poltrona.
Es una vergüenza que un pueblo, al menos en un sector amplio, babee esperando el regreso de su corrupto verdugo. De aquella concha con primorosa perla, ya ni el recuerdo queda. Solo la desmesura de un ególatra sostenido por ciudadanos incautos y por sus fieles rufianes.

Eduardo Fernández Rivas
Fiunchedo; 15-04-2010

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