LA QUEBRADA POLÍTICA ESPAÑOLA

LA QUEBRADA POLÍTICA ESPAÑOLA El actual espectro político español es tan penoso y enfermo que resulta bien difícil su regeneración. Las alternativas políticas que se presentan carecen, en mayor o menos medida, de la credibilidad necesaria. Nuestra aún bisoña democracia está totalmente quebrada a tenor de los multiformes escándalos de corrupción profunda y escandalosa. Somos el hazmerreir y la conmiseración de los estados de nuestro entorno. Presentamos ante el mundo la imagen de una clase política desfalcadora del estado y por ende, de la sociedad más esforzada y trabajadora. Algo que en ningún país decente y serio se toleraría. Juicios rápidos y certeros que pusieran a esa inmensa cantidad de corruptos de ambos géneros entre rejas sine die, hasta que devolvieran lo saqueado, así como la abolición de esta monarquía donde se cobijan todos los males. Hombres y mujeres de gran valía hemos de tener en este país con una mayoría, además bien preparada, como nunca en nuestra historia. La antigua República romana en su Carta Magna o Código de las Doce Tablas, contemplaba para tales situaciones la dimisión del gobierno e instaurar durante seis meses la dictadura, presidida por aquella persona buscada entre los mejores, de probidad demostrada y con experiencia política. Cincinato fue uno de esos hombres que sacó a aquella república de momentos críticos de toda índole en el tiempo determinado por esa ley. Sila condenado in absentia, vencedor tras la guerra civil, golpista, dictador criminal y sanguinario no la cumplió manteniéndose en el poder durante tres años para dar rienda suelta a sus ambiciones y revanchismo. Estas posibilidades hay que preverlas, para así contenerlas cuando se intentan este tipo de actos. España, pensamos la gran mayoría de este país, se encuentra en situación similar. Es por ello el momento de exigir la dimisión del gobierno, debido a su ineptitud y falsedades, entre otras cosas, y buscar a esa o esas personas adecuadas, dándoles el espacio de tiempo dentro de unos límites racionales para que arreglen la situación. Haberlas hailas. Y la casta política las conoce, aunque hasta ahora no las haya dejado aflorar debido a intereses espurios. De no ser así el estallido social sobrevendrá de manera tan violenta por necesaria que entonces a este país no lo reconocerá ni su madre si es que la tiene o tuvo en algún momento. Esperemos que no sean necesarios mártires al estilo de la Revolución Francesa de 1789. Pero sin duda es necesaria en este momento una revolución de abajo arriba si no se encuentran de inmediato aquellas personas adecuadas para la reforma como dejamos dicho. La falta de futuro conduce a lo peor. Eduardo Fernández Rivas Lugar de Fiunchedo; 20-12-2013