España y la situación política actual
Un país como es España,
acostumbrado durante estos años de una democracia contaminada de franquismo, a
una política dentro de una línea de un maniqueísmo profundo desarrollada entre
dos partidos que más o menos cómodamente se alternaban como en un juego de pin
pon, queda confundida y desarmada ante los matices que han surgido y que de maniqueísmo
se convierte en un pluralismo sano e ilusionante.
El resultado de las
urnas, tanto la del 20D como la del 26J, con toda su diversidad pone de
manifiesto la madurez de la ciudadanía y la torpeza de nuestros líderes
políticos que no saben hallar la solución y el dialogo adecuados para lograr
pactos y acuerdos sensatos y proclives a la felicidad ciudadana. Las leyes y la
Carta Magna, en este sentido resultan asimismo poco o nada eficaces para
resolver la situación. Una situación por demás salida del sentido común y
diverso propio de la variada ciudadanía. La anacrónica monarquía con un rey de
parapilla resulta también un elemento entorpecedor para el desarrollo democrático
y moderno, dentro del progreso más actual, como para ayudar a solucionar la
situación. Más bien la dificulta dentro de un oropel regio, en desuso y casposo,
qué únicamente se sostiene por criterios vaya Vd. a saber porqué, además de por
cobardía política y refugio de maleantes dorados. Un tropiezo de corona, cetro
y manto real medieval que todo lo embarra. De no existir monarquía todo habría
de ser más fácil y rápido, sin tanto protocolo de las narices y en nombre de la
vacuidad más absoluta.
Los dos resultados
electorales son la expresión más clara y contundente de una ciudadanía actual y
diversa, que deja bien claramente expresado el final rotundo de ese maniqueísmo
enfermizo y soberbio, dentro de aquella seguridad de la alternancia PP PSOE.
Todo eso se ha ido al traste y no regresará jamás. Exigimos de esos líderes
políticos que se pongan las pilas si las tienen qué lo dudo, y arréglense ya.
La ciudadanía está harta de todos ustedes, ya que se muestran incompetentes e
incapaces. Hay que limar envidias personales, rencores, y líneas rojas, moradas,
y naranja. ¡Pónganse a trabajar si es que saben, pandilla de inútiles!
Eduardo Fernández Rivas
Lugar de
Fiunchedo-Sada; 03-08-2016
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